Después del
parto el cordón umbilical de nuestro bebé se va secando, se endurece y se acaba
cayendo. El tiempo que tardará en caerse varía según el grosor, pero por lo
general su caída se produce entre los primeros siete y quince días de vida.
Tradicionalmente
se recomendaba curar el cordón con alcohol y mantener una gasa húmeda
alrededor del mismo.
Las
recomendaciones actuales de la Organización Mundial de la Salud, apoyan la cura
seca del cordón umbilical.
La cura seca consiste en mantener el cordón limpio y
seco, sin gasas ni cualquier material húmedo de antiséptico alrededor. La
humedad excesiva del cordón, la infección y un cuidado inadecuado pueden
retrasar la caída del mismo.
Es por tanto
imprescindible una buena higiene del cordón que la realizaremos en el baño del
bebé o siempre que haya estado en contacto con orina o heces. Lavaremos el cordón con agua y jabón,
enjuagaremos bien, y lo más importante, es el secado del mismo con gasas (cordón
y base). Colocaremos el cordón fuera del pañal, de forma que quede en contacto
con la piel del bebé y sin colocar gasas alrededor. No usar ropa que comprima
demasiado el cordón.
Si se
observa el cordón enrojecido, inflamado, con secreción purulenta o con mal olor, acudir a consulta
para valoración.
La mayoría
de los estudios recomiendan uso de antiséptico en caso de infección o cuando
existe riesgo elevado de infección. En estos casos el antiséptico más
recomendado según los diversos estudios es la clorhexidina al 2%.
Ante cualquier duda consulta con tu matrona.
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