La sexualidad en la
gestación ha sido y continúa siendo tema tabú en nuestra sociedad. Existen
muchos mitos e ideas erróneas que se siguen transmitiendo.
La sexualidad nos acompaña
a lo largo de todo nuestro ciclo vital. Somos seres sexuados desde que nacemos
hasta que morimos, por tanto la gestación forma parte de uno de los
acontecimientos más importantes en nuestra vida y no es ajena a ella.
La sexualidad es la energía que nos impulsa a buscar afecto,
contacto, placer, ternura, intimidad, comunicación; en definitiva intercambio
afectivo. La expresamos mediante nuestros pensamientos, sentimientos, actitudes,
acciones, valores, relaciones y está en
constante interacción con factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos,
culturales, éticos y religiosos.
Por
ello es importante tener esto presente, sexualidad no es sólo genitalidad y
coito propiamente dicho sino que abarca muchas más dimensiones.
Las
relaciones sexuales para las parejas son un modo de sentir placer, comunicación,
afecto e intercambio. El embarazo es un momento idóneo para aprender nuevos
modos de comunicación.
En
la gestación se van a producir cambios físicos, hormonales, psíquicos que van a
interferir en cierto modo en las relaciones sexuales.
Durante
el primer trimestre es común que la mujer demande mayor afectividad por parte
de su pareja y tenga menos interés por las relaciones sexuales debido a cambios
hormonales, físicos y estado de ánimo.
Durante
el segundo trimestre es más frecuente que la mujer sienta más deseo por las
relaciones sexuales, este deseo entre otras cosas es debido a un mayor aporte
sanguíneo en la zona pélvica y aumento de lubricación. También existe mayor
seguridad por el embarazo y las molestias propias del primer trimestre desaparecen.
En
el tercer trimestre puede existir una mayor dificultad, la mujer se siente más
cansada e incómoda y puede que disminuya
en cierto modo el interés sexual. La mujer demanda a su pareja seguridad,
caricias, afecto. También existe miedo a
que el coito y el orgasmo desencadenen contracciones y se desencadene un parto
prematuro. Las investigaciones no apoyan esta idea de incremento de problemas
de prematuridad en mujeres de bajo riesgo.
Existen
ciertas circunstancias en las que las parejas deben consultar antes de mantener
relaciones como son:
- Antecedente
de parto prematuro.
- Antecedentes
o riesgo de aborto espontáneo.
- Sangrado,
contracciones frecuentes.
- Pérdida
de líquido amniótico o sospecha de bolsa rota.
- Placenta
previa de inserción baja que ocluya el cuello uterino.
- Cérvix
incompetente.
Aunque en estos casos se
aconseje evitar el coito, es importante consultar cada caso de forma individual
y recordar que existen otras formas de expresar nuestra sexualidad no sólo
penetración.
Nada
nos impide seguir disfrutando de nuestra sexualidad, sólo dependerá de nuestra
capacidad afectiva, de nuestro deseo, de la situación emocional en la que nos
encontremos, de la imaginación y vivencia de la sexualidad de la pareja.
Ante cualquier duda contacta
con tu matrona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario